El trastorno bipolar, también conocido como psicosis maníacodepresiva, es una enfermedad mental en la cual se producen cambios extremos en el estado de ánimo. Los dos ‘polos’ del trastorno se describen como manía (una euforia extrema en la cual la persona exhibe una conducta más vital y errática de lo habitual) y la depresión (un estado de ánimo tremendamente bajo que se acompaña de sentimientos de desesperanza y falta de motivación). El cambio entre estos dos extremos del estado de ánimo puede producirse rápidamente o puede acompañarse de períodos prolongados de estabilidad intercalados. En algunos casos, los síntomas de manía y depresión pueden estar presentes en la misma persona y al mismo tiempo. Es muy difícil que los demás comprendan cómo se sienten estos extremos en el estado de ánimo. Muchas personas que tienen trastorno bipolar describen las primeras fases de la manía como intensamente placenteras y, como se sienten tan bien, no perciben el hecho de que algo anda mal. A medida que vayan entrando cada vez más en la manía, a menudo sienten impulsos inapropiados e incontrolables y pueden presentar delirios de grandeza. La depresión puede dejar a las personas que la sufren con sentimientos de vacío insoportable y, a menudo, conduce a pensamientos suicidas. La persona deprimida puede sentir que está totalmente separada del resto del mundo y sufrir un nivel muy bajo de autoestima. Se sientan maníacos o deprimidos, por extraños e ilógicos que puedan parecer los sentimientos y creencias de la persona cuando está enferma, es fundamental darse cuenta de que para esa persona, estos sentimientos y creencias son muy reales. Puede resultar muy difícil cuidar de una persona allegada cuando está viviendo estos cambios extremos en el estado de ánimo, sobre todo, cuando parece que no agradece tu ayuda. No obstante, puedes estar seguro de que la ayuda y el apoyo que brinden los familiares y amigos son fundamentales para ayudar a esa persona a manejar su trastorno.
Alucinaciones
ALUCINACIONES
Para la ciencia, las alucinaciones son percepciones sin objeto y se presentan en enfermedades mentales como la esquizofrenia, en la enfermedad de Parkinson o la Epilepsia, en el Trastorno Bipolar (maníaco-depresivo), pero también pueden aparecer ocasionalmente en situaciones de aislamiento prolongado o después de varios días sin dormir, durante las crisis graves, por exceso de estimulación, y por alto consumo de alcohol o drogas.
También pueden darse en estados hipnóticos, en la meditación profunda, en estados de trance y en el éxtasis místico.
Del cinco al quince por ciento de la población normal podría tener alucinaciones espontáneas en alguna oportunidad y una de cada tres personas podría tener alucinaciones antes de quedarse dormida o al despertarse.
Las alucinaciones pueden ser visuales, auditivas, verbales, gustativas, táctiles y kinestésicas. Se trata de percepciones falsas o distorsiones de la percepción muy complejas, difíciles de estudiar y de definir.
En estudios realizados en esquizofrénicos se han detectado áreas del cerebro involucradas en estos fenómenos que ayudan a lograr una mayor comprensión de los mecanismos de las alucinaciones verbales. Otro modo de investigación es administrando sustancias alucinógenas a voluntarios para poder observar sus efectos neurobiológicos.