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Poner Límites

Este es el artículo que he escrito para la revista SER PADRES.

Gracias a los límites y las normas, los niños adquieren hábitos y rutinas, crecen cognitiva y emocionalmente y aprenden a adelantarse a ciertas situaciones.
Según la psicóloga clínica Rebeca Vidal, gracias a los límites “también aprenden a gestionar las emociones negativas como tristeza,enfado o frustración, por lo que evitar las normas hará que los niños no adquieran las habilidades necesarias para afrontar ese tipo de emociones”.
Pero las normas, muchas veces, les aburren. ¿Cómo hacer, entonces, para que los niños acepten los límites?
Según ha explicado la experta a SER PADRES, a la hora de establecer estoslímites y para facilitar su cumplimiento debemos tener en cuenta diez aspectos indispensables.

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Los niños necesitan ser felices, no ser los mejores.

Vivimos en una sociedad altamente competitiva en la que parece que nada es suficiente y tenemos la sensación de que si no nos ponemos las pilas, nos quedaremos rápidamente atrás, siendo barridos por los nuevos adelantos.

Por eso, no es extraño que en las últimas décadas muchos padres hayan asumido un modelo de educación sustentado en la hiperpaternidad. Se trata de padres que desean que sus hijos estén preparados para la vida, pero no en el sentido más amplio del término sino en el más restringido: quieren que sus hijos tengan los conocimientos y las habilidades necesarias para hacerse de una buena profesión, obtener un buen trabajo y ganar lo suficiente.

Estos padres se han planteado una meta: quieren que sus hijos sean los mejores. Para lograrlo, no dudan en apuntarles en disímiles actividades extraescolares, allanarles el camino hasta límites inverosímiles y, por supuesto, empujarles al éxito a cualquier costo. Y lo peor de todo es que creen que lo hacen «por su bien».

El principal problema de este modelo educativo es que añade una presión innecesaria sobre los pequeños, una presión que termina arrebatándoles su infancia y crea a adultos emocionalmente rotos.

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¿Cómo puede afectar el sueño al aprendizaje de un bebé?

La memoria y el sueño siempre han estado muy relacionados, hoy nos hacemos eco de una investigación realizada con bebés de entre nueve y dieciséis meses de edad.

Múltiples investigaciones han demostrado como el sueño y la memoria están ampliamente relacionados; hemos visto como el sueño se puede convertir no sólo en un agente de salud física y emocional, si no que puede mejorar el rendimiento cognitivo tanto en estudiantes como en personas de a pie.

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¿Es malo que un niño tenga un amigo imaginario?

Muchos padres se asustan terriblemente cuando descubren que su hijo está hablando solo, aunque sea en su lenguaje idiosincrásico del que entendemos poco pero ¿realmente hay motivos para asustarse porque tenga un amigo imaginario?

El tema del amigo imaginario se ha estudiado desde diferentes ángulos y vertientes en la búsqueda de saber qué es lo que se esconde detrás de esta situación. En la actualidad, todavía no se puede afirmar de dónde surge y por qué, pero sí que se sabe que un altísimo porcentaje de niños comparten sus aventuras diarias con un amigo al que los demás no podemos ver.

Leer cuentos a los niños disminuye los problemas de lectura

¿Sabías que leer cuentos a los niños disminuye enormemente la posibilidad de que tengan problemas de lectura? Os contamos el estudio y los resultados obtenidos por la psicóloga Adriana Bus (Universidad de Leiden, Holanda).

¿Pasas tiempo “real” con tus hijos?

El ritmo de vida que impone esta sociedad hace que los padres cada vez disfruten de menos tiempo real con sus hijos por múltiples razones y una de ellas es la laboral, siempre con los problemas a cuestas, con el cansancio de una jornada laboral por lo que al llegar a casa lo único que desean es poder descansar y los niños pocas veces dan ese momento porque requieren atención.

La verdad es que no sé cuántos padres leen cuentos a sus hijos, cuántos le dedican un tiempo real en el que le den toda su atención a los pequeños pero sí que puedo afirmar la importancia y la necesidad de dedicarles ese tiempo tanto para su salud psíquica o emocional como para su desarrollo físico e intelectual.

Castigo positivo vs castigo negativo

Hay diferencias claras entre estos dos tipos de castigos. Muchas veces los aplicamos sin distinguir bien qué castigo es el positivo o el negativo. En realidad los términos positivo y negativo se relacionan con la aparición o desaparición de un estímulo.

Castigo positivo

–    Se basa en el condicionamiento operante, según lo cual el sujeto tiene más probabilidades de repetir una conducta si esta conlleva consecuencias positivas, y por el contrario tiene menos posibilidades de repetir una conducta que le ocasiona consecuencias negativas.

Hablamos de castigo positivo cuando se da un estímulo desagradable cada vez que hacemos una conducta que se pretende reducir o eliminar.

–     Por ejemplo si un niño se muerde las uñas y se le ha aplicado un producto amargo para evitar que se las muerda. Cada vez que se las muerda  haga recibirá un castigo positivo en forma de estímulo desagradable, sus uñas saben amargas. El mensaje es evita morderte las uñas ya que si lo haces será desagradable.

–    Si acariciamos el pelo a un gatito y el gato se encuentra incómodo con las caricias, el arañarnos o mordernos actúa como aviso que seguramente no indique que el gato no quiere que le acariciemos.

*En este caso el castigo positivo acarrea la aparición de un estimulo desagradable.

Llamadas de atención

Los niños necesitan ser vistos, necesitan nuestra atención sobre todo a la edad de tres años. Por eso, es fácil que en algún momento os haya ocurrido si sois papás o que lo hayáis visto por ejemplo en un parque que hay muchos peques jugando.

Una situación que he visto más de una vez es cuando un niño sube a lo alto del tobogán y dice “Mamá mírame!”, y se tira. Pero esta situación vuelve a repetirse un montón de veces, el niño vuelve a subir y vuelve a llamar a mamá para que le mire, como es normal llega un momento en que uno se cansa de mirar.

También entendemos que las pataletas son llamadas de atención y lo que hagamos frente a ellas dictaminará que vuelvan a ocurrir o no. Es importante no reforzar este tipo de conducta, pero incluso es más importante preguntarse a uno mismo qué es lo que ha ocurrido para que el niño tenga que hacer una pataleta para llamar nuestra atención.

Trastorno negativista desafiante, por oposición. Descripción, diagnóstico, causas, evaluación y tratamiento.

1- Introducción

No resulta extraño encontrar conductas desafiantes o de oposición a lo largo de un ciclo evolutivo “normal” de cualquier niño. En la mayoría de los casos, si no existen factores de riesgo añadidos, la propia educación de los padres y demás agentes socializadores (escuela, etc.) suelen reconducir estas manifestaciones hacia conductas normalizadas.
Sin embargo, hay un grupo de niños en los que esta conducta es perseverante en el tiempo y presenta una magnitud o forma que no se corresponde con lo esperado por su edad o cultura. Es, entonces, cuando podemos estar delante de un trastorno clínico.

La conducta de oposición puede tomar diferentes formas, desde la pasividad extrema (no obedecer sistemáticamente mostrándose pasivo o inactivo) a sus formas más extremas, es decir, verbalizaciones negativas, insultos, hostilidad o resistencia física con agresividad hacia las figuras de autoridad, ya sean los propios padres, maestros o educadores.

La conducta desafiante y de oposición de inicio temprano suele ser persistente y puede ir asociado a diferentes tipos de patología infantil y adolescente. En la adolescencia y posterior vida adulta, el niño con antecedentes negativistas u oposicionistas es un claro candidato a desarrollar un trastorno de la personalidad antisocial si no conseguimos regular antes estas manifestaciones.
En definitiva, siguiendo a algunos autores (Barkley, 1.997): “La presencia de conducta desafiante por oposición, o agresión social, en niños es la más estable de las psicopatologías infantiles a lo largo del desarrollo y constituye el elemento predictor más significativo de un amplio conjunto de riesgos académicos y sociales negativos que el resto de las otras formas de comportamiento infantil desviado.”

Por todo ello, no se trata de un trastorno más, sino uno de los problemas de conducta clínicos más serios en niños. De no abordarse de forma rigurosa y eficaz, condena a quien lo sufre a una probable carrera de problemas sociales, legales y de marginación.

Guía sobre el maltrato infantil

En este artículo vamos a hacer un recorrido por la psicopatología del desarrollo ligada a los malos tratos en la infancia:

  • ¿Qué es el maltrato infantil?
  • Tipos de maltrato
  • Causas
  • Consecuencias del maltrato infantil
  • Reflexión

¿Qué es el maltrato infantil?

El maltrato infantil se define como “cualquier acción u omisión, no accidental por parte de los padres, de adultos o de otros menores que comprometa la satisfacción del niño o de la niña. Existe maltrato cuando alguien produce daño físico o sufrimiento, o cuando se hace difícil el crecimiento feliz del menor”.

Los adultos están acostumbrados a exigir deberes a los niños “tienes que hacer esto”, “compórtate de esta manera”, pero a veces, y no todo el mundo por supuesto, se olvida de los derechos de los niños a que sean tratados con respeto, no les desprecie ni se les abandone.