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Poner Límites

Este es el artículo que he escrito para la revista SER PADRES.

Gracias a los límites y las normas, los niños adquieren hábitos y rutinas, crecen cognitiva y emocionalmente y aprenden a adelantarse a ciertas situaciones.
Según la psicóloga clínica Rebeca Vidal, gracias a los límites “también aprenden a gestionar las emociones negativas como tristeza,enfado o frustración, por lo que evitar las normas hará que los niños no adquieran las habilidades necesarias para afrontar ese tipo de emociones”.
Pero las normas, muchas veces, les aburren. ¿Cómo hacer, entonces, para que los niños acepten los límites?
Según ha explicado la experta a SER PADRES, a la hora de establecer estoslímites y para facilitar su cumplimiento debemos tener en cuenta diez aspectos indispensables.

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7 señales que indican que estás discutiendo inútilmente

 La palabra es una de las herramientas más poderosas que tenemos a nuestra disposición. A través de ella podemos expresar lo que sentimos y pensamos, podemos convencer a los demás y llegar a un acuerdo. Las palabras pueden curar heridas, zanjar conflictos y conducir al entendimiento.

Sin embargo, las palabras no tienen un poder mágico por lo que hay ocasiones en las que no son suficientes. Para que la palabra actúe, del otro lado tiene que haber un oído receptivo. Si la otra persona no está dispuesta a ceder ni un milímetro, las palabras serán vanas. En esos casos, es mejor no afanarse ya que todo lo que digamos caerá en saco roto. A veces, por nuestro propio equilibrio emocional, debemos aprender cuándo ha llegado el momento de abandonar una discusión.

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Delirios – creencias patológicas.

Los delirios son creencias patológicas que se escapan al control de quien las sufre, viviéndolas con una intensidad abrumadora que a veces resulta muy difícil de distinguir de la realidad.

¿Qué es un delirio?

Lo que define y caracteriza al delirio es el mantenimiento de una idea o juicio que no se sustenta en lo real. No importa las pruebas o el discurso que se comparta con una persona que sufra un delirio para hacerle “entrar en razón”, cree en su delirio irrevocablemente. El contenido de estos delirios suele ser fantástico o altamente improbable pero, como lo describen de una manera tan intensa y con una convicción completa, pueden llegar a hacer que sea uno el que dude de si real o un delirio.

Los delirios reflejan una alteración clara de los procesos del pensamiento, la capacidad de percibir y cierta desorientación.

En cuanto a los delirios que tienen que ver con trastornos mentales, estos pueden aparecer en brotes psicóticos, en ciertos episodios del trastorno bipolar, el síndrome de Capgras o el síndrome de Cotard.

Uno de los pasos más importantes es un diagnóstico diferencial, si el delirio está provocado por una causa orgánica (cáncer, traumatismo craneal, tumor cerebral, etc.), si es un trastorno mental o debido a un consumo de sustancias (exceso de alcohol, consumo de drogas o medicamentos).

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Lo saludable del deporte, lo perjudicial de una obsesión

Ahora mismo, nos encontramos con una sociedad que valora muchísimo que una persona se cuide y haga deporte. Uno lo puede ver en su círculo cercano, lo vemos en los medios de comunicación y toda una campaña de ¡actívate!

Claramente, tener una vida activa puede suponer un gran cambio a nivel emocional y físico, pues el deporte produce una estupenda sensación de bienestar, hace que uno se encuentre mejor con su propio cuerpo porque simplemente se siente mejor consigo mismo y se pueden prevenir enfermedades cardiovasculares ligadas a una vida sedentaria.

Si tan saludable es ¿cómo puede llegar a ser perjudicial realizar mucho deporte?

Deciones

Los cambios ocurren cuando decidimos hacer lo que no solemos hacer

Es probable que en más de una ocasión te hayas propuesto cambiar. Cambiar tu estilo de vida, cambiar esos pensamientos que te hacen sentir mal, cambiar tu forma de relacionarte con la gente… Sin embargo, también es probable que después de un breve período «de prueba» hayas dado marcha atrás recuperando esos viejos hábitos, lo cual suele generar una gran frustración. ¿Qué ha sucedido?.

En realidad, somos seres de hábitos. No es culpa nuestra, estamos programados así. Nuestro cerebro es un ahorrador de recursos nato, quiere hacer lo máximo posible con el menor esfuerzo. De hecho, ni siquiera se trata de algo negativo, los hábitos nos permiten ahorrar tiempo y energía, que podemos destinar a cosas más importantes. Sin embargo, el problema comienza cuando nos convertimos en víctimas de esos hábitos y formas de pensar, cuando no le dejamos espacio al cambio. Entonces funcionamos en piloto automático y comenzamos a morir lentamente.
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Los niños necesitan ser felices, no ser los mejores.

Vivimos en una sociedad altamente competitiva en la que parece que nada es suficiente y tenemos la sensación de que si no nos ponemos las pilas, nos quedaremos rápidamente atrás, siendo barridos por los nuevos adelantos.

Por eso, no es extraño que en las últimas décadas muchos padres hayan asumido un modelo de educación sustentado en la hiperpaternidad. Se trata de padres que desean que sus hijos estén preparados para la vida, pero no en el sentido más amplio del término sino en el más restringido: quieren que sus hijos tengan los conocimientos y las habilidades necesarias para hacerse de una buena profesión, obtener un buen trabajo y ganar lo suficiente.

Estos padres se han planteado una meta: quieren que sus hijos sean los mejores. Para lograrlo, no dudan en apuntarles en disímiles actividades extraescolares, allanarles el camino hasta límites inverosímiles y, por supuesto, empujarles al éxito a cualquier costo. Y lo peor de todo es que creen que lo hacen «por su bien».

El principal problema de este modelo educativo es que añade una presión innecesaria sobre los pequeños, una presión que termina arrebatándoles su infancia y crea a adultos emocionalmente rotos.

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¿Por qué tenemos la sensación de caer en los sueños?

El sueño debería ser uno de los momentos más relajantes del día. Nos metemos en la cama, nos sentimos cada vez más cómodos y vamos perdiendo la conexión con lo que nos rodea para abandonarnos en los brazos de Morfeo. Sin embargo, a veces, justo antes de quedarnos completamente dormidos, tenemos la sensación de que nos caemos y nos recorre una especie de movimiento espasmódico.
Se trata de un pequeño sobresalto, como cuando caminamos y nos equivocamos al pisar porque hemos calculado mal la distancia. Aunque se trata de un fenómeno normal, muchas personas pueden asustarse o incluso experimentar pánico. De hecho, en los casos extremos, cuando la sacudida hípnica es muy violenta o rápida, la persona se despierta por completo y no logra conciliar el sueño.
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Cuáles son las causas de la agresividad al volante

El mismo hecho de conducir está considerado una actividad que puede incrementar un estado emocional de estrés. Hay que estar pendiente y alerta de todo lo que puede suceder en la carretera: vehículos en dirección contraria y en el mismo carril, animales que pueden entorpecer el tráfico, factores climatológicos, peatones, señales de tráfico, límites de velocidad… Son muchos estímulos a los que hay que responder rápidamente, pues la vida propia y la de los demás depende de ello.

Por esto, cuando uno conduce puede notar como aumenta la vigilancia, que puede traducirse en síntomas físicos como un aumento del ritmo cardíaco, pulsaciones más rápidas o incluso tensión corporal. Son pequeños aspectos que pueden propiciar con uno salte a la mínima y se produzca una conducta violenta.

Amor en la pareja

El amor, la pareja y sus principales conflictos

El amor, la pareja y sus principales conflictos

Los pilares principales de una relación de pareja son la pasión, la intimidad y el compromiso.
La base sobre la que se forma una relación es el enamoramiento.
Esta emoción tiene un fuerte componente de pasión, deseo, etc, pero es pasajera, ya que con el paso del tiempo se produce el fenómeno que llamamos «habituación» y, si no se ha desarrollado la intimidad, esta pareja estaría abocada al fracaso.
Esta intimidad supone el tener la confianza plena en que nuestra pareja no nos hará daño intencionadamente.
A medida que vamos compartiendo más cosas con el otro se va estableciendo un compromiso de vida en común, un compromiso de querer luchar y mantener esta relación por ambas partes.

Para mantener esta relación de pareja hay varios aspectos fundamentales. Uno de ellos es la toma de decisiones y la resolución de problemas, para lo que es necesario la comunicación y el respeto.